miércoles, 30 de noviembre de 2011

Hiperglucemia

El alto nivel de azúcar en sangre se presenta cuando el cuerpo produce muy poca insulina o cuando no es capaz de usar dicha insulina de la manera apropiada. Este fenómeno también se puede denominar glucosa alta en sangre o hiperglucemia.
CAUSAS
  • Si padeces de diabetes tipo I tal vez no te hayas inyectado la cantidad suficiente de insulina 
  • Si sufres de diabetes tipo II, quizás tu organismo si cuente con la cantidad suficiente de insulina pero no están eficaz como debería serlo.
  • El problema igual sea que comiste más de lo planeado o realizaste menos actividad física de la programada.
  • El estrés derivado de diversos conflictos o enfermedades.

SíNTOMAS
  • Estar muy sediento (polidipsia)
  • Necesidad de orinar mucho (poliuria)
  • Visión borrosa
  • Cambios bruscos de humor
  • Boca muy seca
  • Piel seca por deshidratación










PREVENCIÓN
La mejor opción es llevar un buen control de la diabetes. la clave está en aprender a detectar y tratar la hiperglucemia a tiempo antes de que empeore.

TRATAMIENTO
Por lo general, la actividad física ayuda a disminuir los niveles de glucemia sin embargo, si el nivel de azúcar se encuentra por encima de 240mg/dl, es necesario controlar la orina para detectar cetonas.
 En caso de presentar cetonas en orina,  NO se debe realizar actividades físicas. Si aparece cetonas en orina y se realiza ejercicio físico el nivel de azúcar en sangre puede elevarse aun más.
Cuando el organismo no cuenta con la suficiente cantidad de insulina este no puede utilizar la glucosa como combustible. Llegados a este punto empieza a utilizar las grasas como fuente de energía. Cuando nuestro cuerpo descompone las grasas aparecen productos residuales denominados cetonas. El organismo no tolera grandes cantidades de estos residuos y trata de eliminarlos a través de la orina. Nuestro cuerpo no puede deshacerse de todas las cetonas y, por lo tanto, se acumulan en la sangre. Como resultado se presenta un cuadro de Cetoacidosis.
La cetoacidosis puede provocar la muerte y requiere tratamiento inmediato los síntomas incluyen:
  • Aliento con olor frutal
  • Náuseas y Vómitos
  • Dificultad para respirar
Es importante consultar con el médico habitual para encontrar la manera más segura de disminuir el nivel de glucemia.
Tal vez también pueda ser útil reducir la cantidad de alimentos que se ingieren (especialmente proteínas y grasas)
Si la actividad física y los cambios en la dieta no dan resultado quizás el médico modifique la dosis de medicamentos o de insulina que se administra o, posiblemente, el horario en que se inyecta la insulina.

Tipos de Diabetes

DIABETES MELLITUS TIPO I: es la que usualmente afecta a los niños o adolescentes (aunque raramente puede aparecer a cualquier edad). Suele ser de inicio rápido, más agresiva que la tipo II y generalmente dependiente de insulina; pues el cuerpo no la produce o lo hace en cantidades mucho menores a las necesarias. La causa exacta se desconoce aunque se baraja la posibilidad de que sea una enfermedad autoinmune.
El niño diabético se descontrola con más facilidad que el adulto además de que el diabético insulinodependiente suele tener unas complicaciones más serias que el no insulinodependiente.
El hecho de que el niño crezca no varía el tipo de diabetes que padece por lo tanto tampoco varía el tipo de tratamiento que se le ha de administrar, en cuanto a ser insulinodependiente o no se refiere.
Los síntomas de la diabetes tipo I se desarrollan en un período de tiempo corto y el estado de los enfermos puede agravarse mucho para el momento del diagnóstico.
La diabetes mellitus tipo I es una enfermedad con predisposición genética, es decir, aumentan las posibilidades de que una persona la padezca si en su familia existen otros casos de la misma.
En algunos países muchos de los casos de diabetes aparecen asociados a la obesidad, este no se puede considerar exactamente diabetes tipo I, de hecho, es una diabetes de control más estable que la tipo I.

DIABETES MELLITUS TIPO II: corresponde a la mayoría de casos de diabetes que se diagnostican. Generalmente se presenta en la edad adulta, aunque ahora se está diagnosticando cada vez más en adolescentes y adultos jóvenes debido a las altas tasas de obesidad.
 En este tipo de diabetes normalmente todavía existe cierta producción de insulina de modo que el tratamiento para este tipo de pacientes contemplará sobretodo medicamentos hipoglucemiantes administrados por vía oral. La acción de dichos medicamentos es la de estimular el páncreas para que este aumente la producción de insulina.
Debido a que la diabetes tipo II se desarrolla lentamente, algunas personas con niveles altos de glucemia son completamente asintomáticas, por lo tanto no saben que están padeciendo esta enfermedad.

DIABETES GESTACIONAL: es la presencia de unos niveles de azúcar en sangre excesivamente altos que se presentan durante el embarazo en una mujer que non tiene diabetes.
En algunos casos no es necesaria la administración de insulina, se regula simplemente siguiendo una dieta.
El riesgo de desarrollar diabetes gestacional es alto en obesas, las de mayor edad, las que presentan intolerancia a la glucosa o un historial familiar positivo, las que tienen una historia de fetos grandes para la su edad gestacional y las que tienen niveles elevados de glucosa en sangre en ayunas o en glucemias hechas al azar. En este último caso es conveniente realizar una evaluación continuada desde el primer trimestre de embarazo. Sin embargo en otros casos es suficiente con realizar la evaluación entre las semana 24 y 48 de gestación.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad crónica (de por vida) por la cual el organismo no puede utilizar los alimentos adecuadamente. Por este motivo para entender el mecanismo de esta enfermedad es necesario conocer primero el proceso normal por medio del cual el alimento es empleado para obtener energía, que tiene lugar según este esquema:
  • El alimento se digiere y se descompone en glucosa (principal fuente de energía del organismo)
  • La glucosa, entra en el torrente sanguíneo.
  • El páncreas produce insulina, cuyo papel es transportar la glucosa del torrente sanguíneo hasta los músculos, la grasa y las células hepáticas, donde puede utilizarse como energía.


*INCRETINAS: son una serie de hormonas que se producen en el intestino en respuesta a la ingesta de alimentos. Uno de sus efectos más importantes es la secreción de insulina por el páncreas y la disminución en los niveles de glucosa en sangre.












Sin embargo cuando se tiene diabetes la glucosa puede entrar a la célula, aumentando su concentración en el torrente sanguíneo. Dicho acúmulo de glucosa en sangre (hiperglucemia) puede ocurrir por diferentes motivos: porque la insulina, encargada de permitir la entrada de dicho azúcar en la célula, no está siendo sintetizada o lo hace en cantidades mucho menores a las necesarias. Porque el organismo crea resistencia a la insulina o incluso por una mezcla de ambos motivos.
Si en estas circunstancias realizamos una glucemia capilar (punción que se puede realizar tanto en el pulpejo del dedo como en el lóbulo de la oreja, para realizar una pequeña extracción de sangre en la que mediremos los niveles de azúcar con ayuda de un aparato medidor de glucemia también llamado glucómetro) observaremos que la persona ha entrado en un cuadro de hiperglucemia; hecho que constituye uno de los primeros indicativos de diabetes en una persona sana, aunque dicho diagnósticos debe contrastarse con otras pruebas más precisas, por lo general analíticas de sangre y orina donde comprobaremos HbA1 (hemoglobina glucosilada) o la presencia tanto de glucosa como de cuerpos cetónicos en orina.

Glucemia capilar









Tiras reactivas para detectar presencia de cuerpos cetónicos en orina (algunas miden otros muchos parámetos)













Además del resultado de la glucemia capilar existen una serie de evidencias sintomáticas que un paciente diabético comenzará a notar incluso antes de conocer la existencia de su enfermedad, estos son:
  • Sed excesiva (polidipsia)
  • Necesidad de micción frecuente (poliuria)
  • Hambre inusual (polifagia)
  • Notable pérdida de peso
  • Visión borrosa
  • Fatiga
  • Signos de deshidratación (que se hacen más notables cuanto más avanzada y descontrolada está la enfermedad)
  • Irritabilidad y cambios de ánimo
  • Sensación de malestar en el estómago y vómitos
  • Las heridas o rasguños no se curan o lo hacen muy lentamente